sábado, 2 de noviembre de 2013

Cinco Preguntas... Cinco?

Hola a todos!
Realmente, leyendo los textos me surgieron mucho más que cinco preguntas... pero de alguna manera todas estaban bastante conectadas entre si... al menos cada vez que empezaba a explayarme en el por qué de mi pregunta, me daba cuenta de que, casi sin querer, me estaba metiendo en otra...
Así que acá van... algunas son más bien metafóricas... perdón por la extensión... y espero les sean interesantes... y disparadores de más preguntas...

¿Cómo le explico a mis alumnos que, cuando calculan e informan que el radio del átomo de hierro es 124cm (y no 124pm), tienen un importante problema de criterio y no sólo un problema de unidades?
A menudo me pregunto qué pasa por la cabeza de mis alumnos el primer día de cursada. ¿Cuáles son sus expectativas? ¿Qué esperan encontrar en la materia? Y a medida que avanza el cuatrimestre, me sigo haciendo preguntas… ¿Estamos fomentando el interés? ¿Los estaremos desilusionando? ¿Estará siéndoles útil la materia?
Estas, para mí, no son preguntas simples. Soy docente de Química General, una materia del primer año de la carrera Ingeniería Industrial... Por lo que, la mayoría de las veces, la expectativa de mis alumnos es “sacarse la materia de encima”. Poco quieren saber de química. Y generalmente no reconocen como objetivos de la materia el hecho de desarrollar un pensamiento científicamente crítico, de empezar a aprender a expresarse formalmente, a construir entre pares, a validar información y conocimiento, trabajar en equipo, etc.
A medida que transcurre el cuatrimestre, junto con los “saberes químicos” empiezan a brotar esos “otros” objetivos ajenos a la química en sí misma, pero siguen quedando en un lugar secundario ya que, ni los valoramos como es debido, ni los alumnos reconocen la importancia de su aparición.
Decimos querer fomentar la discusión, la interacción, la construcción en conjunto… Pero generalmente los hacemos callar cuando discuten en pequeños grupos porque el “ruido de fondo” molesta para dar la clase.
Decimos que nos interesa que comiencen a pensar científicamente y de manera crítica, pero luego evaluamos principalmente si poseen información, o si con ella pueden hacer específicamente lo que queremos que hagan.
Decimos que queremos que aprendan la estrategia para pensar problemas, a reconocer los datos relevantes, a interpretarlos, a observar con significado, a predecir… Y caemos en la trampa que los mismos alumnos nos ponen: ellos quieren saber cómo se resuelve este problema, y nosotros les decimos “este problema y otros similares se resuelve así”. Porque ellos quieren aprobar los parciales… y en los parciales aparecen problemas similares. Y así caemos en las resoluciones mecánicas, en la observación sistemática… y nos vamos despidiendo de la construcción y el criterio.

¿Estaremos siendo los docentes un poco contradictorios?
Los rápidos avances de la tecnología, su masificación y lo rápido que nuestros alumnos las incorporan, nos han llevado a tener que incluir “más tecnología” en nuestras cátedras. Y lamentablemente, lo hicimos reproduciendo aquello que pregonamos no querer para nuestros alumnos. Lo hicimos para cumplir, por lo que las herramientas tecnológicas simplemente reproducen lo que se hace en las clases presenciales. Abrimos un campus, colgamos allí todo el material de la materia, damos nuestras clases con coloridas presentaciones (que por supuesto subimos al campus) y ya… Me imagino esto hace muchos años, con la aparición de la imprenta… “Alumnos, tenemos en nuestras manos una herramienta mágica y poderosa: el libro. Vamos a hacerla parte de nuestro sistema educativo y para ello, hemos construido una hermosa biblioteca. Pueden visitarla cuando quieran, pero sepan desde ahora que los libros se pueden abrir, se pueden tocar, se pueden oler… pero no se pueden leer”.
Creo que el problema principal radica en que nosotros, los docentes, tenemos que aprender el uso de esta nueva herramienta, y no sabemos cómo. Es como si, frente a la apertura de esa biblioteca, no supiéramos leer. Y uno de los desafíos más difíciles es vencer la resistencia de nuestros pares.

¿Quién me ayuda a vencer el monstruo del “Porque no”?
Cuando hablo con colegas sobe modificar algunas de las formas en que evaluamos a nuestros alumnos en el transcurso de la materia me encuentro con muchas ideas y posturas interesantes. Nos adentramos en debates muy interesantes y constructivos y se nos iluminan los ojos cuando hablamos de evaluar no solo lo que el alumno aprende sino también de evaluarlo para que aprenda y tener en cuenta en la evaluación el cómo aprende. Pero cuando llegamos al punto de poner en práctica… la respuesta siempre es NO. Y como estamos acostumbrados al “justifique su respuesta” comienza el desfile de los “NO porque”…
No porque los alumnos se copian todo de Internet  No porque es mucho más trabajo para nosotros. No porque fulano ya lo hizo y no sirvió de nada. No porque implica más tiempo. No porque lo tenemos que hacer en casa. No porque no funciona.  No porque esto es la facultad y tiene que ser algo formal. No porque son alumnos del primer año y no se les puede pedir tanto. No porque los otros no van a querer. No porque nadie lo valora. No porque estamos bien así. No porque no podemos suponer que todos los alumnos tienen Internet en la casa.
Creo que muchas de esas respuestas vienen del miedo al cambio y de varios factores involucrados con lo que implica trabajar para el cambio.  Y también porque, muchas veces, cometemos el error de pensar en  adaptarnos a la herramienta en vez de pensar en adaptar la herramienta a nosotros. En palabras de Hanna… damos vueltas alrededor de “si funciona” en vez de analizar el “cómo hacerlo funcionar”.

¿Ante quién rendimos cuentas?
Como ayudante en la materia respondo ante mi jefa de cátedra y esta lo hace frente al jefe de departamento, y este ante el decano de la facultad, y este lo hace ante el rector de la universidad y este lo hará frente al ministro de educación y frente a las empresas y frente a la sociedad. Y esto es un camino de ida y vuelta porque luego de este trayecto “hacia arriba” comienza el que va “hacia abajo” que da el ok a ciertas cosas, plantea la modificación de otras y abre espacios para la inclusión de cosas nuevas. Y muchas veces, a partir de esta doble vía, se redefine constantemente cuál es el lugar y la función de la universidad, y otras tantas, cuál es el perfil del egresado.  Y en el área de las ciencias y la ingeniería a veces parece haber una lucha entre lo que demanda el mercado laboral, lo que la comunidad científica cree que debe ser y lo que la sociedad necesita. Y no es fácil encontrar coincidencias. Pero es claro que rendimos cuentas todo el tiempo. Y sabemos a quién se las rendimos. Pero muchas veces no sabemos muy bien qué cuentas rendimos o para qué las rendimos. Y como siempre que uno hace algo sin saber muy bien ni por qué lo hace ni para qué lo hace… lo hacemos mal.
Creo que tenemos que replantearnos qué es lo importante y significativo, el para qué rendimos cuentas y lo que eso implica.

Ya sabemos coser y estamos aprendiendo a bordar… ¿Podremos abrir la puerta para ir a jugar?
“Es un gran desafío para la educación y los docentes con fuerte tradición de trabajo en soledad y aislamiento aprovechar las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías de externalizar el conocimiento y así compartirlo, discutirlo y validarlo”. Creo que este párrafo de Lipsman no solo hace referencia a la ampliación de los límites del aula, creo que también se refiere al cambio en su arquitectura.
Queremos fomentar en nuestros alumnos la interacción, el debate, la construcción colaborativa, el encuentro desde la diferencia, la validación por parte de los pares, etc… Pero mayormente, seguimos dando nuestras clases solos, es decir, aunque haya un grupo docente, generalmente cada uno se encarga de un tema o una tarea específica.
Hace un tiempo, en la clase de química de la que soy ayudante hicimos un pequeño cambio de metodología. Las docentes somos dos licenciadas y dos ingenieras y con el tiempo nos fuimos dando cuenta que, además de las diferencias personales, por nuestra formación tenemos diferentes formas de razonar los mismos problemas, hacemos hincapié en diferentes aspectos, le damos distinta relevancia a las mismas cosas y vemos diferentes aplicaciones prácticas. Y nos pareció que esto podía enriquecer nuestras clases y por sobre todo, podía enriquecer a nuestros alumnos. Al principio nos preguntábamos si esto no confundiría a los alumnos, y llegamos a dos puntos de partida: esto no podía quedar solo entre nosotras, había que incluir a los alumnos en el proceso, hacerlos partícipes; y que la única forma de ver si realmente eso iba a enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje era probando.

Así que empezamos a dar las clases de problemas y de laboratorio aprovechando esto. Discutimos, nos intervenimos constantemente, nos consultamos, construimos en equipo y consensuamos. Y empezamos a fomenta la interacción de los alumnos con el proceso. Obviamente pueden hacerlo cuando quieran, pero fuimos encontrando “lugares” para disparar esta interacción y forzarla sutilmente.  Y además de resultar en clases más dinámicas y divertidas y en una experiencia más enriquecedora para los alumnos, también lo es para nosotras ya que estamos aprendiendo constantemente, ya no solo de nuestros pares sino también de los alumnos.

13 comentarios:

  1. Hola carolina. Yo suelo tener el mismo problema, o parecido, en física del CBC-UBA. Y elijo el peor modo de explicarlo, que es con mi dosis de antidepresivos (en biofìsica) o con distancias recorridas en mi bicicleta (en fisica).... aunque los órdenes de magnitud no son tan extremos como en tu curso.

    Estoy azoradísimx en primer lugar por la calidad de tu escritura... así que para empezar, colega, ¡felicitaciones!

    Por el momento estoy pispeando apenas las producciones en los blogs, estoy muy atrasada con la lectura para producir algo todavía, pero quería dar mi presente.

    No sé si estaría de acuerdo con vos en que hay "un problema de criterio" y un "problema de unidades", pero ni vos explicitás lo que entendés en referencia a cada uno de estos problemas ni yo voy a hacerlo ahora.

    Cuando te preguntás si como docentes somos "contradictorios" (yo no me reconozco "contradictorio", pero tal vez sí un poco "contradictorix"). Aqui voy a hacerte dos comentarios de distinto calibre. Por un lado, sobre el uso de herramientas y recursos desconocidos.... en un curso que hice hace tiempo y de los infinitos que empecé, disfruté y no certifiqué, nos mostraron un video que relata casi exactamente lo que vos decìs (aunque odio las producciones de video con risitas de fondo) en

    http://www.youtube.com/watch?v=g-WfKuGJcl8 y que tal vez conozcas...

    El segundo comentario es más complejo y tal vez no pueda expresarlo... puf.... Hace tiempo que dejamos atrás los paradigmas del pensamiento moderno, aunque pervive en muchas prácticas, y más que las prácticas en muchos discursos y representaciones. La contrariedad o la perplejidad frente a las contradicciones es, de algún modo, típica de mucho del pensamiento occidental, punto fuerte de la modernidad, anclaje fuerte del positivismo. La riqueza del pensamiento complejo -que desconozco más allá de su titulo y algunas etiquetas cautivadoras- lleva ya varias décadas de bien asentado, gradualmente asimilado en diferentes prácticas. De algún modo, el principio del tercero excluido, el horror a la contradicción, la linealidad de las argumentaciones sostienen posiblemente buena parte de los esquemas mentales y las prácticas materiales y concretas en nuestra sociedad informacional (así la llama Manuel Castells, que prefiere "informaciónal" a "de la información") que no es moderna hace tiempo pero que sí es capitalista, más capitalista que nunca, aún en estas épocas de crisis y debacles capitalistas diversas.

    Entonces, pienso -y no quiero parecer agresivix ni mala ondix- ¿necesitamos seguir pensando en términos de contradicciones? ¿qué perspectivas se abrirían en nuestra habilidad/posibilidad de análisis si abrimos la puerta para que entre un poco de la complejidad del mundo a nuestros pizarrones, a nuestros prezzi, a nuestras twitcams?

    Ir a jugar, coser y bordar.... sobre esto podría demorarme horas escribiendo tonterías que un poco más tarde consideraría geniales.

    Y también me quedé con ganas de comentar sobre los sentidos, significados, valores de la "colaboración".... pero intentaré volver a la lectura de la bibliografía.

    la seguimos! (si da, claro!)

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    1. Hola!!!
      Antes que nada... gracias por los halagos!
      Te leía contando tus ejemplos didácticos y me reía... Porque yo, para explicar que las variables que son funciones de estado sólo dependen del punto de partida y del de llegada, uso de todo... ascensor vs escalera para llegar del 5to piso a planta baja... alumnos que aprueban al toque vs eternos recursantes, etc... Pero suelen funcionar!
      Con respecto al problema de criterio... es más una falta de conceptualización tal vez... y generalmente, cuando dicen 124cm mi respuesta es: "guarda si se te cae uno de esos átomos en la cabeza! Y no que hablar un mol!" y después de reirnos se dan cuenta...
      Tranqui que nada suena agresivo ni cerca... y lo que creo es que no está mal reconocer dónde tenemos las contradicciones para ver de donde viene y así llevarlas hacia lugares "felices", reconocerlas como punto de partida para mejorar...
      Sí, conocía el video, pero lo vi igual porque me gusta... y me hizo acordar a este otro que, como regalito, dejo acá http://www.youtube.com/watch?v=iwPj0qgvfIs
      Saludetes!!!!
      Caro

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  2. Apenas leí tu primera pregunta me sentí identificado porque planteas cosas similares a las que me pasan a mí, que doy Biología en el CBC. Si interpreto correctamente tus inquietudes, te pasa que querés brindar y estimular un montón de cosas, pero terminás dando información “química aburrida” y tomando problemas que exigen una respuesta unívoca y también aburrida y mecánica, pero que deben responder así para aprobar. Bueno, si te interpreté correctamente, ánimo, porque a mi me pasan cosas similares.
    Según mi experiencia, la “solución” viene por tranquilizarse y bajar un poco las expectativas: si un alumno dice que el átomo mide 124 centímetros, simplemente, calmarse y preguntarle “a ver, mostrame más o menos cuánto son 124 centímetros”, y él solito se va a dar cuenta de lo que dijo, y no hay necesidad hacerse mala sangre recalcándole que tiene un problema de criterio, porque ahí ya se da cuenta solo. Y así siempre, despacito y con paciencia, repitiendo y repitiendo tranquilo, sin enojarse… que no sirve de nada… (aunque uno en el fondo se enoje un poco). Es cierto, no dan los tiempos para tanta parsimonia. Saludos, Eduardo

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    1. Hola Eduardo!
      Gracias por mostrarme que "No estamos solos" =)
      Como le respondía a sonkipeloverde... caigo siempre en ese tipo de estrategias para hacerlos caer... a veces me critican porque para ciertas explicaciones desestructuro (o mejor dicho desformalizo) mucho las cosas... pero la verdad es que me doy cuenta de que funciona... son alumnos del primer año y de química casi nada ni antes ni después...
      Lo que realmente me preocupa con los 124cm no son los 124cm... sino que me doy cuenta que no están pensando qué hacen y para qué... no analizan la validez de sus producciones...
      Da para largo, lo se... habrá que hacerse tiempo =)
      Saludos!
      Caro

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  3. Hola Carolina, leyendo tu primera pregunta, me parece que la clave es no sólo transmitir una información, sino encontrar tareas / acciones que puedan realizar con esa información. En esta línea, entiendo que comprender algo no es contar con una información, sino saber usarla, ponerla en juego. Más, cuando uno comprende, es porque lo ha vuelto significativo (por lo cual el interés del cual hablas, queda satisfecho). Por otra parte, pienso que no está mal en algunas intervenciones marcar estos problemas conceptuales que pueda tener el otro.

    Siguiendo con tus intereses, si parte de los objetivos son una mirada científica crítica y un trabajo entre pares, habrá que encontrar tareas en la cual eso se plasme (y por lo tanto los estudiantes lo vivan). Creo que estamos acostumbrados como docentes a que lo importante es la información y no nos preguntamos para qué esto es relevante, es decir, porqué lo tienen que saber. Y, luego, cómo podrían aplicarlo (pues si lo aplican, así sea con errores, comienza a darse lo conceptual y está la posibilidad de reflexionar sobre el hacer). Por otra parte, en esas tareas / actividades está bueno retomar esos otros saberes de los cuales hablas. Creo que la idea de “partir de los saberes previos de los alumnos” es clave, pues nuestra tarea como docente es partir de esos saberes y “andamiar” los pasos de los alumnos hacia las nociones / conocimientos que son nuevo para ellos.

    Luego, en tu misma reflexión creo que está la clave: tenemos que tomar una decisión que es política. Si estamos convencidos de todo lo que señalamos como deber ser, esto es el debate entre ellos, la mirada crítica, que educar no es solo brindar información, bueno, tenemos que hacernos cargos y cambiar nuestra propuesta. Y esto no es sencillo, en la cátedra que estoy nos llevó tres años alcanzar la propuesta actual, con la cual estamos bastante conformes, pero aún la estamos cuestionando. Así que aún con la decisión, lleva tiempo.

    En relación a tu segunda pregunta, está muy buena la reflexión que planteas. A mí me sirvió para pensar esto un texto de Litwin, quien plantea básicamente que la tecnología debería incorporarse a partir de una reflexión didáctica. Es decir, la tecnología debería ayudarnos a lograr objetivos pedagógicos, como esto que señalas de la construcción colectiva de conocimientos. Más allá de las modas, entonces, el camino que hagamos debe ser sentido, pensado. Creo que así, aún cuando nuestras primeras propuestas sean básicas (como es mi caso), está la posibilidad de ir profundizando la reflexión, pues estará guiada por objetivos educativos y no un “estar al día” o “embellecer la clase”. Está bueno esto que señalas que necesitamos aprender las tecnologías, pero al igual que con los alumnos, es más significativo para nosotros aprenderlas cuando tenemos objetivos (intereses).

    La tercera pregunta, me remite a lo que señalaba en la primera. Cuando optamos como evaluar, estamos haciendo una opción política. Hay que plantear el debate en esos términos: ¿qué deseamos promover / impulsar en nuestros alumnos realmente? Y desde allí ser coherentes. Creo que si un alumno puede responder un parcial copiándose de Internet, es porque el parcial está mal pensando, y por lo tanto es un problema nuestro. A lo sumo, habrá que pensar que si en Internet hay información, cómo se usa ella, si todas las páginas son igual de válidas, cómo cotejar, etcétera. Y lo de más trabajo, sería algo a pensar, creo que sí lo es (pero en mi experiencia tampoco mucho más). Pero volvemos a las intencionalidades (¿para qué somos docentes? Es decir, más allá de que nos pagan por ello). Buenísimo lo que señalas acá, que es lo que marcaba antes: adaptar la herramienta a nosotros y no al revés.

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    1. Hola Javier!
      Antes que nada, muchas gracias por tus comentarios... me sirven y mucho!
      Con respecto al tema de las cuestiones políticas... Ay! Hoy en día creo que da para hacer y deshacer muchos de los tejidos de Penélope... Podríamos habrir otro foro o hasta otro curso de este tema no? Jaja
      Con respecto a los "otros saberes"... Muchas veces frente a la pregunta de nuestros alumnos sobre para qué cornos quieren saber tanta química... respondemos que también, como la mayoría de las primeras materias de las carreras, sobre todo en este tipo de carreras, lo que se quiere es ayudar a formar una forma de pensar... la crítica científicamente (o técnicamente)... Y les cuesta entenderlo... Creo que acá es donde se hace agua en el hecho de que los alumnos puedan visualizar el cómo aprenden lo que aprenden...
      Que se yo... ya casi divago entre millones de ideas que tengo en la cabeza...
      Saludos!
      Caro

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  4. La pregunta 4, creo, está contenida en mis otras intervenciones. Está muy bien graficada la tensión entre “el arriba” y el “abajo”. Creo que en ese juego, la clave es la postura adoptada y desde allí dialogar con los otros actores del proceso.

    Finalmente, creo que lo que narras en la pregunta 5 está muy bueno, pues es un ejemplo claro de que el cambio tiene que venir de nosotros. Si creemos que hay un blanco / negro o una respuesta correcta o una sola forma de pensar las cosas, tendremos una propuesta didáctica acorde a esa concepción. Por el contrario, con otras formas de concebir el conocimiento (como las que ejemplificas) tenemos otras propuesta a realizar.

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    1. Cortito...
      Desde que cambiamos la manera de encarar las clases, como cuento en la pregunta 5...
      Son mucho más divertidas y enriquecedoras para nosotros, los docentes, también!!!

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  5. Coincido con la pregunta uno. Soy docente de Física Biológica de la carrera de Veterinaria d la UBA. Todos los años nos encontramos con alumnos que no entienden porque existe esta materia en la carrera, cuesta hacerles entender porque un veterinario debe tener criterio físico. Por otro lado, siento que cuando buscamos nuevas estrategias para acercar más la materia a su futura practica veterinaria no siempre tenemos existo en parte porque muchas veces los alumnos están más interesados en acreditar la materia. comparto y me identifico cuando escribís: "...ellos quieren saber cómo se resuelve este problema, y nosotros les decimos “este problema y otros similares se resuelve así”. Porque ellos quieren aprobar los parciales… y en los parciales aparecen problemas similares. Y así caemos en las resoluciones mecánicas, en la observación sistemática… y nos vamos despidiendo de la construcción y el criterio." Coincido con Javier Alcalá, debemos cambiar nosotros, debemos modificar y adecuar nuestra propuesta al verdadero objetivo que se busca alcancen los alumnos. Por eso me parece muy importante lo planteado en la última pregunta, como a partir de ustedes surgió un cambio positivo que se concreto en los alumnos.

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    1. Hola Celeste!
      Gracias por tus comentarios!!!
      Veo que los docentes de las materias "exactas" (odio decir duras) pasamos por las mismas cuestiones una y otra vez...
      Pero cada uno de nosotros, y desde diferentes lugares, le vamos encontrando la vuelta, para llegara donde queremos.
      Así que, vamos que no estamos solos... pero podemos!!!
      Saludos!
      Caro

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  6. Hola Carolina: creo que además de ser docente de Química General, sos una excelente socióloga por tu precisión en la descripición de cómo son nuestras prácticas docentes en la realidad y como difieren las mismas en forma significativa con aquellas que declaramos realizar. Coincido contigo que la acciones que adoptamos no son consistentes con los compromisos de cambio que proclamamos, sería conveniente utilizar nuestra imaginación, no en construir enormes montañas de explicaciones , sino utilizar la misma para ver como efectivar los compromisos que asumimos.

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    1. Hola Pablo!
      Gracias por el "piropo"... Siempre fui un poco bipolar en mis gustos... la química por un lado... y las letras y la sociología y psicología en parte por otro...
      Pero más allá de eso... lo describo tal y como lo vivo... reconozco que algunas cosas me costó un poco escribirlas por miedo a herir susceptibilidades de colegas... pero traté de salirme de eso y pensarlo como una autocrítica, personal y grupal digamos...
      Tu comentario de "montañas de explicaciones" me recordó una imágen que vi en el face hace un tiempo y me encantó... Es un sr. en una medianera con muchas escaleras...
      La voy a buscar!
      Saludos!
      Caro

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